IU y UPyD, en pie de guerra contra la actual Ley Electoral

• Las Claves: Consideran que beneficia a las formaciones nacionalistas que, con menos votos pero más concentrados, consiguen mayor número de escaños. La causa de esta desproporción radica, no tanto en la ley D’hondt como en el uso de la provincia como circunscripción
  


• Los Datos: UPyD (303.535 votos) gana en número de electores al PNV (303.246 votos) y consigue, sin embargo, un solo escaño frente a los seis del partido nacionalista. IU (963.040 votos) es la tercera fuerza más votada del país y la sexta, en cambio, en número de diputados (2), por detrás, por ejemplo, de ERC que logra 3 escaños con sólo 296.473 sufragios

Los partidos minoritarios de naturaleza no nacionalista, como Izquierda Unida o Unión, Progreso y Democracia, ponen el grito en el cielo por la actual Ley Electoral que, en vigor desde la transición, propicia uno de los sistemas electorales menos proporcionales de Europa. Alegan que es un sistema extraordinariamente “injusto” porque impide que el voto de todos los españoles tenga exactamente el mismo valor en las urnas. Gaspar Llamazares, que acaba de dimitir como coordinador general de IU, asegura que la coalición sólo apoyará a Zapatero para que sea investido presidente si éste se compromete a modificar la Ley Electoral. En esta misma línea se ha expresado recientemente Rosa Díez, la candidata de UPyD, que afirma que la primera iniciativa que presentará en el Congreso de los Diputados será la reforma de la Ley Electoral.

La escasa proporcionalidad del sistema electoral español y el perjuicio que causa en algunas formaciones políticas parece un asunto de creciente interés en el debate político. Para escarbar en el origen de esta escasa proporcionalidad, que lleva a partidos como IU, con casi un millón de votantes, a tener una ridícula representación parlamentaria, conviene estudiar el reparto de escaños, que emplea un procedimiento de mayor proporcionalidad escaño/voto.

La proporcionalidad tiene dos factores en cuenta dos factores en el sistema electoral español:

a) La circunscripción electoral es la provincia, y a cada provincia se le otorgan un número de escaños que se distribuyen según los votos. Algunos apuntan a que el problema es que el número de escaños por provincia es muy pequeño y por tanto sólo los partidos con mucho apoyo en la provincia obtienen escaño. Esto está en el origen de que muchos de los votos que consiguen, por ejemplo, IU y UPyD se pierden al no alcanzar un solo escaño. En la mayoría de las provincias el reparto es hegemónico entre PP y PSOE, y en las provincias donde el nacionalismo tienen implantación entran en este juego partidos como CiU, ERC o PNV, que al conseguir en estas provincias escaños superan en diputados, a nivel nacional, a otras formaciones (como IU o UPyD) que tienen, en cambio, más votos.

b) Se emplea la Ley D’hondt para el reparto de escaños en cada provincia. Este método no es del todo proporcional y tiende a favorecer a las minorías.

La causa de esta desproporción radica, no tanto en la ley D’hondt como en el uso de la provincia como circunscripción.

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