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viernes, 28 de marzo de 2008

El Gobierno británico prepara una reforma electoral radical

PROYECTO INNOVADOR DEL EJECUTIVO LABORISTA

El plan pretende reducir la abstención y plantea una segunda opción de voto.
Brown prometió hacer cambios cuando fue designado primer ministro.

El Gobierno británico está dispuesto a emprender una radical reforma del sistema electoral cuyo objetivo será incentivar la participación en las elecciones y aumentar la legitimidad de la Cámara de los Comunes, según informó ayer el diario The Guardian. Entre las propuestas figura que los electores puedan votar por una segunda opción, que las elecciones se celebren a lo largo de todo el fin de semana e incluso la obligatoriedad del voto, aunque esta última previsiblemente conduciría a un polémico debate. El rotativo señala que los ministros emprenderán un periodo de consultas después de las elecciones locales del primero de mayo.

EL BORRADOR SE RETRASA

El Ministerio de Justicia, encargado de redactar las reformas constitucionales anunciadas en julio, aclaró que se publicará un borrador de la reforma de la ley electoral "a su debido tiempo" y que aún no hay "planes específicos" sobre la obligatoriedad del voto o un sistema de sufragio alternativo. Cuando Gordon Brown llegó al cargo de primer ministro prometió llevar a cabo reformas constitucionales, pero poco se ha hecho al respecto, indica The Guardian.

Entre las reformas que Brown esbozó entonces figuraba que el Parlamento tenga la última palabra para declarar una guerra (actualmente puede ser declarada sin la aprobación del Parlamento, como prerrogativa real), y apuntó también la posibilidad de celebrar las elecciones durante todo el fin de semana. Habitualmente los comicios en el Reino Unido se celebran en jueves, y no existe la jornada de reflexión. Brown ya dijo en aquel momento que las reformas irían encaminadas a recobrar la confianza y la participación de los ciudadanos en la democracia. En las primeras elecciones ganadas por el Nuevo Laborismo, las de 1997, la participación fue de un 71,2%, mientras que en las del 2005, también con victoria de Tony Blair, cayó al 61,3%.

MÁS LEGITIMIDAD

El plan no prevé modificar el sistema de sufragio directo por mayoría relativa del Reino Unido. Por este sistema, el país se divide en circunscripciones electorales cuyo candidato ganador es luego su único representante en la Cámara de los Comunes. Pero lo que sí se propone es la posibilidad de votar a una segunda opción. Estas segundas preferencias se redistribuirían hasta que uno de los aspirantes se hiciese con el escaño al alcanzar más del 50% de los votos emitidos, lo que incrementaría la legitimidad de su victoria, ya que actualmente los hay que son elegidos con el apoyo de menos de un tercio de los votantes.

Los numerosos críticos del sistema actual aducen precisamente como principal argumento el desperdicio de los votos a las opciones perdedoras, lo que favorece el voto estratégico, es decir, que los electores se decidan no por las opciones a las que verdaderamente les gustaría votar, sino por las que creen que tienen más posibilidades de ganar. Los partidos minoritarios son, pues, los más perjudicados. La segunda preferencia fue sin embargo duramente criticada por el Partido Conservador. Nick Herbert, su portavoz de justicia, dijo "que es una señal clara del miedo que tienen los laboristas a perder las elecciones". El Partido Liberal Demócrata, en cambio, sí estaría dispuesto según The Guardian a aceptar la segunda preferencia, siempre que fuera solo el primer paso para una reforma más profunda en el futuro.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gran propuesta la de una segunda preferencia de voto en vez de recurrir a segundas vueltas,ahorrando muchos costes. Por otro lado,el hecho de que sean sólo dos las preferencias posibles obligará a los candidatos a agrupar sus propuestas afines para ganarse el apoyo mayoritario.